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¿Qué esperamos del político que nos represente?

Cuando nos relacionamos .. ¿ qué preferimos, .. a una persona que nos escuche, que sea simpática, que sea resolutiva, que sea guapa, que sea buena persona, joven, seria, progre, responsable, sincera, graciosa, eficaz, mayor, deportista,....?

Pues dependiendo en el ámbito en el que nos movamos elegiremos un tipo u otro de personalidad. No es lo mismo si vamos a una fiesta, que si estamos en el trabajo, o colaboramos en una ong/fundación, o si nos encontramos de vacaciones en una playa, o si tenemos que elegir médico, o a nuestra pareja, o si estamos utilizando las redes sociales., etc . Y ya no hablamos .. si elegimos al político que represente nuestros intereses y valores. Porque cuando elegimos a un político ... ¿qué esperamos o buscamos?

Solemos buscar a aquella persona con la que nos identificamos porque tiene los mismos valores y principios que nosotros, o incluso, mejores, porque al que tenemos enfrente siempre le exigimos más. Aquel que su verbo y su hacer sean congruentes y que coincida con nuestros valores e intereses ... será el político elegido.

De nada me sirve oír a un político hablar sobre la corrupción y luego saber que no paga sus impuestos, o utiliza los servicios públicos en su beneficio, o sus cuentas no son aprobadas por el Tribunal de Cuentas,  ..; o al progre o joven que representa la ilusión blanca y pura de todo aquel que se inicia en la participación en sociedad, y resulta que su falta de conocimiento y humildad, le impide ver lo que tiene por delante y hace ruido para que no se fijen en su engaño.  O el que cree que su físico puede tapar sus carencias, etc .. etc ..

En definitiva ... entonces ¿quién sería la persona adecuada que nos puede representar? Pues aquella (mayor, joven, guapa, actractiva, progre, responsable, sincera, o graciosa, ...) a la que se le pueda exigir no solo parecerlo, sino serlo. Ya lo dijo  el Emperador Cayo Julio Cesar cuando se enteró que su mujer había estado de espectadora en un lugar no recomendable, “La mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”.

¿En qué te fijas tú para elegir a tu político?

Todas las personas tenemos un don especial. ¡Todas!

Los adultos, los profesores, los educadores, los padres, ... son los descubridores del talento. Ellos, a través de la autoridad que les da su jerarquía en la sociedad, adoptan decisiones que bien motivan o destruyen la vida de quienes les escuchan y admiran, los educandos.  Aquellos que saben ver el potencial de cada uno de sus alumnos, motivarán y participarán en el éxito de su desarrollo. Los que no saben verlo, es posible que hundan la vida de algunos de sus aprendices, y lo que es peor, creerán que sacándoles del circuito de la enseñanza a los que no responden a los protocolos estándar de la educación, contribuyen a tener sociedades exitosas y justas. En este caso podemos afirmar que este tipo de autoridades no tienen ni la capacidad ni el talento de reconocer en los demás las competencias que cada uno tiene. Afortunadamente, hay alumnos que por su insistencia y rebeldía se empeñarán en demostrar a la sociedad su talento y cosecharán éxitos.


Los educandos, son el resultado de quienes creen en ellos. Y si no que se lo pregunten a Thomas Edison. Puedes ver su biografía en wikipedia. Le echaron del colegio por improductivo, pero gracias al  esfuerzo, cariño y dedicación de su madre, consiguió que saliese adelante. Edison es uno de los mayores inventores de patentes de la historia, Entre otras cosas contribuyó en el invento de la electricidad. En el video adjunto puedes ver su historia. También puedes verlo en https://youtu.be/ghWhPf73GtY

A todas aquellas personas que creen en los demás y que son capaces de diferenciar el talento, mi enhorabuena¡ A los que creen que hay casos imposibles, que revisen sus creencias y amplíen su formación. Cuando un alumno suspende, no debería ser un fracaso para el alumno, sino que es un fracaso del profesor.

Competencias laborales


Luis y Carla trabajan juntos en la misma empresa, en el mismo departamento, con el mismo Jefe y los mismos objetivos. Sin embargo, aun siendo los dos iguales de competentes en cuanto a la formación recibida y capacidades para alcanzar sus objetivos, sus formas de relacionarse con el grupo o su Jefe, son diferentes, lo que les transforma en dos seres profesionalmente diferentes. 

Ante un nuevo objetivo planteado por su Jefe, Luis espera que la empresa reconozca su talento y conocimientos, y le ponga a él al frente. Carla por el contrario, aún sintiéndose igual de competente, se compromete con el proyecto y empieza a realizar las primeras investigaciones, cosa que Luis no ve con buenos ojos.

Luis transmite a Carla sus inquietudes y se queda inmóvil sin entrar en acción. Sin embargo Carla, al verle agobiado por las expectativas de Luis, le ofrece compartir el trabajo inicial y llegar juntos al objetivo para que no se sienta desplazado. Carla al ofrecerle su colaboración, le pide también su aportación al proyecto.

Es decir, por parte de Carla hay una declaración de petición y oferta; y por parte de Luis, dado que no siente la confianza de su Jefe, por algo que ocurrió en el pasado, no avanza. Él se encuentra atrapado en sus conversaciones privadas, quejas, reclamaciones que no exterioriza a quien responsabiliza, su Jefe. Esto le provoca manipular a los que le rodean, convirtiéndole en una persona tóxica.

Esta pequeña historia resume el estado en que nos encontramos cuando esperamos algo que no comprobamos. Nos instala en la queja, haciéndonos víctimas de nuestros pensamientos y sentimientos. Como no podemos salir de ese círculo vicioso, lo único que buscamos son culpables y nos crea un conflicto mayor, manipulando a los que nos rodean. En otras palabras, consideramos que damos más de lo que recibimos. Nos sentiremos mal  y nos costará salir  de ese estado emocional, si no ponemos de nuestra parte, haciendo algo diferente. 

A diferencia, cuando nos comprometemos y nos sentimos protagonistas de nuestras  acciones, buscamos un plan de acción, siendo responsables en todo momento de nuestro compromiso, de nuestros errores y de nuestros logros. Ofreceremos acuerdos y pediremos ayuda allí, en donde consideramos que no llegamos. Ello nos hará parecer confiables. Nuestra vulnerabilidad nos hará empatizar con otros trabajadores, mostrándonos más humanos. Este comportamiento nos hará estar en una emoción positiva.

Tan válido es tener conocimientos y saberlos aplicar, como tener una buena actitud, motivación y sabernos relacionar con otras personas a la hora de trabajar para alcanzar nuestros objetivos y resolver los obstáculos que nos encontramos en nuestro camino.