Cuando un Coach empieza un proceso de Coaching de Equipos, el responsable del equipo suele hacer una descripción de los miembros con los que trabaja y, normalmente, además de contar las funciones que realiza cada uno, suele apostillar su juicio, etiquetándolo y advirtiendo de lo que se puede encontrar.
Es muy revelador cuando les cuentas que las personas somos “como somos” por la formación, vivencias y experiencia habidas en nuestros periplos personales. Ello nos hace crecer en una dirección o en otra. Y, ni una, ni otra son ni buenas, ni malas, dependerá de cómo nos afecte en nuestra vida diaria y de las decisiones que tomemos en cada momento. Y que siendo conscientes de quiénes somos, seremos capaces de saber hacía donde queremos llegar y cómo hacer para conseguirlo.
Antes se buscaban equipos muy similares porque se creía que de esa forma, todos se entenderían mejor y serían capaces de lograr más fácilmente los objetivos. Hoy, se buscan equipos donde la diversidad es el nexo que les une, donde las personalidades, los perfiles laborales, etc. ,.., precisamente, diferentes, provocan que haya un crecimiento mayor; en el que cada “particular” miembro del equipo contribuirá, con sus características formas de razonar y actuar, a crear un equipo más grande y fuerte.
Y tú, ¿cómo consideras que afecta tu comportamiento a tu equipo?