No todos los alumnos son iguales y los hay con dificultades de aprendizaje o algo más rebeldes. ¿Cómo debe un profesor actuar en estos casos?
Afortunadamente, no todos somos iguales. Somos rebeldes porque nos sublevamos al no conseguir los resultados que esperamos. Si queremos un objetivo y nuestro empeño por alcanzarlo no se ha trabajado lo necesario o no se ha hecho adecuadamente, nos molesta y nos enfadamos con el mundo, provocando que desistamos. Nos colocamos en un estado de victimismo y rebeldía. Lo contrario sería repasar qué es lo que nos ha faltado, volviendo sobre nuestros pasos y buscando la forma de conseguirlo.
Para un profesor siempre será más motivador tener una clase de alumnos que estén deseosos de aprender y que lo hagan al mismo ritmo. Todas las personas quieren aprender, sin embargo no todos aprendemos de la misma manera. A aquellos que no lo hacen por los conductos normalizados, les denominamos como alumnos con “problemas de aprendizaje”. Al ser alumnos que no atienden igual que el resto de la clase, dificultan la tarea del profesor. Eso no significa que esos alumnos no quieran aprender. Eso significa que necesitan que su aprendizaje sea diferente.

¿Por ejemplo?